miércoles, 16 de agosto de 2017

Madrid se entregó a la Virgen de la Paloma


Madrid vivió ayer una de las fiestas más tradicionales y castizas del pueblo madrileño: La Virgen de la Paloma. Mucho se ha escrito sobre esta advocación mariana, que sin ser la Patrona de Madrid, cuenta con gran devoción entre la población. Esta fiesta, a lo largo de los años, provocó la celebración de verbenas, fiestas populares en el barrio de La Latina, en pleno casco del Madrid de los Austrias.


Según un informe escrito en 1791 por José Antonio de Armona y Murga, Marqués de Casa García Postigo, Alcalde de Madrid, el lienzo, que representa a Nuestra Señora de la Soledad, fue encontrado o regalado a unos niños para que jugaran con él en un solar contiguo a la calle de la Paloma. Habitaba en esta casa Isabel Tintero, quien viendo la escena lo recuperó, limpió, enmarcó y colocó en el portal de su casa. La veneración que le profesaba Tintero a la imagen se amplió con fervor a los vecinos del lugar. Dice el mencionado informe:

"... resulta que la expresada Isabel Tintero, mujer de Diego Charco, de ejercicio cochero, viendo a principios del año 1787 que unos muchachos llevaran arrastrando como por juguete un lienzo de Ntra. Sra. de la Soledad, lo arrebató de las manos de aquellos, lo hizo retocar y lo colocó en marzo del propio año en el portal de su misma casa, y esmerándose en su culto, le ha promovido con tanto fervor que ha conseguido extender su particular devoción; de modo que se hallan alumbrándola varios faroles y lámpara a expensas de personas de primera clase, además de las muchas velas que la devoción de los fieles la presentan, reconocidos a los singulares beneficios que dicen haber conseguido ellos por intercesión de esta su Poderosa Madre, y en señal de este reconocimiento se ven las paredes de la actual Capillita llenas de presentallas. (...) A impulsos de esta devoción se reza el Rosario todas las noches ante esta santa Imagen, cubriendo el Concurso gran parte de la calle..."


Al conseguir fama de milagrosa la Santísima Virgen de la Soledad, representada en el cuadro, que el culto se extendió con rapidez llegando su devoción a la Casa Real de España. La Reina María Luisa de Parma, mujer de Carlos IV tenía mucha devoción al Cuadro, sobre todo, después de curar a su hijo el futuro Fernando VII de España.

Cuenta la leyenda que al trasladar el Cuadro, de nulo valor artístico, a la Iglesia que hoy ocupa, una paloma siguió el camión que lo trasportaba a principios del siglo XX. Una vez instalado en la Iglesia que lleva su nombre, siempre el cuadro estaba rodeado de palomas. De ahí que la calle cambiara el nombre por el de "La Paloma" y a la Virgen por la de la Paloma.


Al término de la Función Principal de ayer, los Bomberos de Madrid que la tienen como Patrona descolgaron el Cuadro para la veneración popular y pública. 

Por la tarde se celebró la tradicional procesión de la Virgen de la Paloma por el Madrid castizo, el de los Austria, La Latina. Una procesión que fue acompañada por numerosas parejas vistiendo el tradicional traje chulapo madrileño.

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