El Real del Rocío fue testigo de la tradicional y multitudinaria misa de Pentecostés protagonizada por miles de rocieros que se dieron cita para dar testimonio de fe delante del mosaico de fe verdadera que cada año configura el conglomerado de Simpecados que toma posesión del altar frente al monumento de la Coronación.
Una solemne Eucaristía presidida por Mons. José Vilaplana obispo de Huelva y concelebrada por los capellanes de todas las hermandades filiales, tal y como ocurre cada año, y que ha estado amenizada musicalmente por la Coral del Valle de Hinojos y la de Santa María de la Rábida de Huelva que han aportado una visión personalísima y una manera distinta de rezar cantando a la que estamos acostumbrados en la Misa de Pontifical con algunos giros que han sorprendido al numerosísimo público asistente.
Una intensa ceremonia en la que calor fue protagonista y en la que se notó la abundante presencia de la Guardia Civil evidente a cada centímetro de la Aldea en todos sus puntos lo que otorga una seguridad que conlleva una gran trascendencia fundamentalmente en los tiempos que corren.
El Obispo de Huelva José Vilaplana tras dar la bienvenida a todos aquellos que han llegado después de “ese largo camino tras el que nos unimos como una gran familia junto a Nuestra Madre, la Virgen del Rocío”. En su alocución el Obispo de Huelva hizo un llamamiento a los rocieros más jóvenes al que consiguieran adaptar el lenguaje de nuestra fe a la realidad de las nuevas formas de comunicación y a sus nuevos lenguajes convirtiéndose de este modo en mensajeros y apóstoles entre el resto de la juventud que configuran la sociedad actual.
También el Obispo de Huelva hizo mención al atentado que sufrió en la tarde-noche del sábado la capital del Reino Unido.
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