El primer sábado de Cuaresma, como dicta la tradición, se celebró el Vía Crucis de Itálica en Santiponce. Sobre las ocho y media accedía el Nazareno al anfiteatro. La gente, siempre la gente, volvió a saltarse las señales impuestas por las autoridades. Precintos abajo y saltos para ir detrás del Nazareno, temiendo quedarse fuera del piadoso acto. Y llamada al orden entre las quejas de unos y las peticiones de otros.
Las Hermandades participantes fueron en esta ocasión, además de la Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Santiponce: la Soledad de Albaida del Aljarafe; Santa Vera Cruz, de Almagro (Ciudad Real); Vera Cruz de Bormujos; Humillación de Camas; Santo Entierro de Castilleja de la Cuesta; Nuestro Padre Jesús Nazareno de Fuentes de Andalucía; Soledad de Gerena; Vera Cruz de Gines; Gran Poder de Huevar del Aljarafe; Santísimo Cristo del Amor, San Juan de Aznalfarache; los Negritos de Sevilla; Vera Cruz de Valencina de la Concepción.
A las seis de la tarde comenzó la celebración de la eucaristía en el templo de San Isidoro y San Geroncio, desde donde partió el cortejo hacia la ciudad romana de Itálica una hora y cuarto más tarde. Las ruinas romanas del Coliseo de Itálica sirvieron para meditar las Estaciones del Vía Crucis
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