La obra esta realizada en técnica mixta sobre papel de algodón encolado a tabla. Mide 60 cms x 120 cms y para ello utilizó el autor acuarela, grafito y acrílico aplicados a baes de veladuras y aguadas. Otros materiales menos convencionales como el café, la sal y la lejía ayudan a teñir de forma natural el soporte de la obra.
Corresponde a una composición vertical con unas proporciones típicas de la cartelería de principios del siglo XX en la que los elementos románticos envuelven en un halo bucólico a María Santísima de la Amargura.
Alrededor de Ella brota un vergel de rosas y jazmines que simbolizan la ternura y la virginidad como Madre del Hijo de Dios y que se entremezclan con cardos y espinas de zarzas representando el dolor que pasó como Madre de Cristo.
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