El artista de Puente Genil, Javier Aguilar, ha concebido dos nuevas obras en honor a la Santa y Blanca Madre, la Virgen del Rocío, que el propio autor ha tenido el detalles de desvelar.
Se trata de dos cuadros realizados con la técnica de óleo sobre tabla y con una medida de 30 x 40 que muestran la ferviente devoción del gentío a la Blanca Paloma en dos de sus celebraciones más importantes: la Romería de Pentecostés y la llegada de la Virgen a Almonte en el llamado "Rocío Chico".
En el primero, Javier Aguilar revela a la Santísima Virgen en su tradicional templete de salida durante la mañana del Lunes de Pentecostés navegando sobre un mar de fieles bajo el cielo azul y el vuelo de dos palomas blancas simbólicas. Concebida con la nomenclatura de "La procesión del lunes", el cuadro maneja, con perfecta armonía, multitud de tonos cromáticos que viajan en distintas direcciones y que recobran el orden en torno a la silueta del baldaquino rociero.
El segundo, bautizado con el nombre de "Amanece", como bien reza, reviste su entorno con las primeras claras del día, cuando la Virgen llega a su pueblo vestida de Pastora y es recibida por todos los Almonteños y demás devotos. De nuevo vemos el cromatismo de la obra que comienza a perder el orden en el horizonte, justo detrás de la Sagrada Imagen que rema bajo las guirnaldas iluminadas por la temprana luz del sol.
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