El mismo día en el que Sevilla se detiene para rendir pleitesía al Hijo de Dios hecho hombre con motivo del IV centenario de su llegada, la depositaria de la otra gran devoción universal hispalense, la que llena de Esperanza cada Luna de Nisan, la Hermandad de la Macarena, ha querido rendir un significativo homenaje al Señor.
Y lo ha hecho luciendo el broche de la Hermandad del Gran Poder en este gozoso día y colocando a los pies la Virgen de la Esperanza el relicario del Señor del Gran Poder. Un gesto que simboliza la unión fraterna entre ambas corporaciones, ejemplificada cada año con la Concordia, al filo de la noche más hermosa, y que son las dos caras de la misma moneda, la de la religiosidad popular de Sevilla, la que nada ni nadie podrá jamás hacer que deje de brillar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario