La Villa de Burguillos en Sevilla, ha vivido las fiestas Patronales en honor de Nuestra Señora del Rosario Coronada. Unas Fiestas que han estado cargadas de fervor, devoción y tradición. Más de cuatrocientas personas participaron el breve Besamanos que la Hermandad celebra como cierre del novenario en honor de la que es Patrona y Alcaldesa Perpetua de la Villa.
El Rosario de la Aurora fue multitudinario, donde se mezclaron niños, jóvenes y adultos, que ven en este acto piadoso el inicio de las Fiestas de la Virgen del Rosario. A las 6:00 horas salió de la Parroquia de San Cristóbal Mártir el tradicional Rosario de la Aurora presidido por el Bendito Simpecado de gala.
El Día de la Virgen, el primer viernes de octubre, Burguillos se transforma, se viste con sus mejores galas, engalana balcones y ventanas porque sale a la calle la Madre de los burguilleros y todo tiene que estar preparado para recibirla, acogerla en sus casas, sobre todo, si en ellos existe algún enfermo. De ahí la tradición de abrir las puertas de los domicilios, de par en par, al paso de la Santísima Virgen del Rosario.
La tarde del Primer Viernes de Octubre es diferente, la Virgen del Rosario Coronada es acompañada de un buen número de burguilleros que no la dejan sola un instante. La acompañan entre rezos y alabanzas; la llevan a su Casa Hermandad, pasa por calles diferentes a la procesión de la mañana.
El Domingo de Romería, Burguillos se echa a la calle para acompañar al Bendito Simpecado en su traslado en romería a la Ermita de La Madrolla. Cantos, vítores y el rezo del Ángelus al mediodía hacen del camino de la romería de Burguillos un camino llevadero, agradable y compartido.
El encuentro de la Santísima Virgen del Rosario con los romeros que regresan de la Romería, es entrañable, sentido, emocionante... Tras el encuentro del Simpecado con la Imagen de la Santísima Virgen y del paso de los romeros delante de Ella en la Plaza del Ayuntamiento, llega un momento esperado por los burguilleros y las personas que se trasladan hasta la Villa para vivir estas fiestas de la Virgen del Rosario. El paso de la Virgen por la calle Real está cargado de canciones que le ofrecen desde ventanas y balcones y de flores que le tiran desde azoteas y balcones y donde los más jóvenes rosarieros disfrutan arrojando entre vítores y palmas, lo mejor de ellos mismos a la Madre de Burguillos.
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