La Sevilla cofrade, la del martillo y la trabajadera sevillana se reunió en la Basílica de la Macarena para despedir a uno de los capataces más emblemático que ha tenido la Macarena: Miguel Loreto. Allí se dieron cita costaleros, capataces, cofrades, Hermanos Mayores, entre otros.
A las 11:00 horas, y en coche tirado por dos caballos negros con penachos del mismo color, llegaba el féretro con los restos mortales del que fuera capataz del Señor de la Sentencia durante treinta años. Allí los que habían sido sus costaleros portaron el féretro a hombros hasta el interior de la Basílica de la Macarena.
Tras la celebración litúrgica de exequias, el féretro con los restos mortales de Miguel Loreto fue trasladado del Presbiterio a la Capilla del Señor de la Sentencia donde se rezó un padrenuestro por el eterno descanso de su alma.
Las personas congregadas en el atrio de la Macarena recibió el féretro con un caluroso aplauso. Así los cofrades sevillanos despedían al que paseó al Señor de la Sentencia por las calles sevillanas en unas Madrugás carentes de problemas, salvo los propios de las inclemencias meteorológicas.
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