La Soledad de San Jerónimo de Granada, atribuida en su momento a Pedro de Mena fue coronada litúrgica y popularmente el 1 de noviembre de 1885. En este caso, la petición por parte de la Comisión no pretende que sea una coronación al uso, sino que se reconozca esta coronación como canónica. A expensas de lo que diga el Arzobispado, que está estudiando la petición, se podría enriquecer la corona de la Soledad y crear un calendario con actos de distinta índole para tan magno acontecimiento (todo depende de si se da el visto bueno).
Siglo y medio después prácticamente, tras los rezos a la Soledad y al Santísimo Cristo de San Agustín por una epidemia de cólera que arrasó la ciudad, fue regalada la corona a la incontestable dolorosa que a día de hoy podemos seguir venerando y observando cada Viernes Santo granadino, recordándonos el fervor que siempre despertó, despierta y despertará una de las Vírgenes más elegantes y bellas de Granada.
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